El 19 de diciembre de 2024, el gobierno mexicano implementó un decreto que establece aranceles temporales del 35% en productos confeccionados y del 15% en insumos textiles, con vigencia hasta el 23 de abril de 2026, medida que busca proteger la industria nacional ante la competencia desleal, afectando principalmente a importaciones de países como China.
Para los empresarios, esta política representa un cambio significativo en el panorama comercial y logístico porque el incremento en los aranceles no solo eleva los costos de importación, sino que también impacta en la cadena de suministro, desde el transporte hasta el almacenamiento, motivo por el cual las empresas deberán reevaluar sus estrategias operativas para mitigar estos efectos.
La eliminación de ciertos productos del programa IMMEX, que permitía la importación temporal sin impuestos para manufactura y exportación, añade una capa adicional de complejidad, donde las empresas que dependían de este esquema ahora enfrentan la necesidad de ajustar sus procesos y posiblemente buscar proveedores locales para mantener la eficiencia y rentabilidad.
En este contexto, la innovación y la adaptación se convierten en pilares fundamentales, por lo que la inversión en tecnología para optimizar la cadena de suministro, la capacitación del personal en nuevos procedimientos aduaneros y la exploración de mercados alternativos son estrategias que pueden ayudar a las empresas a navegar este nuevo entorno.
Además, es crucial mantener un diálogo abierto con las autoridades y participar en asociaciones empresariales para estar informados sobre posibles cambios regulatorios y oportunidades de colaboración. La resiliencia y la proactividad serán determinantes para convertir estos desafíos en oportunidades de crecimiento y fortalecimiento del sector empresarial en México.
Al respecto, la consultoría Logística de México prevé que el impacto de los nuevos aranceles en las importaciones de textiles será significativo para la cadena logística mexicana con un aumento en los costos operativos cercanos a $2,000 millones de dólares anuales, lo que afectará a empresas de transporte, distribución, y almacenamiento.
La capacidad de adaptación a estos nuevos desafíos dependerá de la rapidez con la que las empresas logísticas puedan optimizar sus procesos y ajustar sus estrategias a las nuevas normativas.
Logística de México destacó que la medida podría elevar el costo de importación de productos textiles hasta en $1,500 millones de dólares anuales, afectando a más de $10,000 millones de dólares en comercio anual de textiles que México recibe desde el extranjero.
Eso acarreará un sobrecosto de $500 millones de dólares anuales para las empresas de transporte y distribución porque las tarifas de transporte, especialmente aquellas que implican pasos por aduanas, podrían aumentar entre un 5% y 10% debido a los trámites adicionales y los tiempos de espera más largos en los puntos fronterizos.
La industria textil y de logística sufrirán mayor complejidad en los procedimientos aduaneros; demoras en los tiempos de entrega y costos adicionales; impacto en la demanda de almacenaje y espacios de distribución; y ajustes en la planificación de inventarios, entre otros.