Como parte de su compromiso social con las poblaciones más vulnerables del país, el Instituto Politécnico Nacional (IPN), a través de las Brigadas Multidisciplinarias de Servicio Social Comunitario Primavera 2023, apoyará a 10 comunidades de Tlaxcala y Veracruz.
Durante el banderazo de salida, el director general del IPN, Arturo Reyes Sandoval, señaló que las brigadas de servicio social cumplen 50 años de brindar apoyo en beneficio de las comunidades más desprotegidas del país, donde las y los jóvenes tienen la oportunidad de aplicar y consolidar sus conocimientos.
Los brigadistas participarán en 19 proyectos en los municipios de Ixtenco, Xaltocan, Apizaco y Chiautempan, en Tlaxcala; además, en Atzalan, Castillo de Teayo, Coyutla, Coatzintla, Misantla y San Rafael, en el estado de Veracruz.
En esta ocasión participarán 152 brigadistas, ocho coordinadores y 10 supervisores de las carreras de médico cirujano y partero; médico, cirujano y homeópata; ingeniería civil, turismo, economía, relaciones comerciales, odontología, psicología, enfermería, optometría, biología, nutrición, enfermería y obstetricia.
También asistirán estudiantes de contaduría, ingeniería petrolera, geofísica y geológica, así como de sistemas ambientales; de las maestrías en Economía y Gestión Municipal y del doctorado en Conservación del Patrimonio.
“La etapa de servicio social es una de las más importantes en la formación de las y los estudiantes, se trata de poner en práctica aquello que aprendemos día a día en nuestras aulas en la que damos un beneficio a la sociedad, que es uno de los grandes objetivos de esta gran casa de estudios”, destacó Reyes Sandoval.
El director del IPN recordó que luego de la pandemia por COVID-19 el año pasado se retomó esta labor de forma presencial, con beneficios para alrededor de 800 mil personas en 31 municipios del Estado de México, Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Tlaxcala, San Luis Potosí y Veracruz.
La secretaria de Innovación e Integración Social, Yessica Gasca Castillo, indicó que las brigadas representan una oportunidad para que las y los estudiantes apliquen sus conocimientos adquiridos en las aulas y dar solución a las necesidades esenciales de la población más desprotegida del país.
Agregó que estas acciones se convierten en un prisma social que permite la reflexión sobre nuestro ser en la comunidad y su papel en ella; incluso, la grandeza del ser humano, al compartir un poco de su tiempo, de sus recursos y de su vida para apoyar el desarrollo y bienestar de las comunidades más vulnerables.