Antes de la llegada del huracán “Beryl” a Yucatán, cientos de sapos salieron y cubrieron la carretera hacia Celestún.
Este fenómeno captado en video, es una evidencia de la extraordinaria sensibilidad de estos anfibios ante los cambios ambientales que preceden a fenómenos meteorológicos extremos.
Los sapos, conocidos por su capacidad para detectar variaciones en la presión atmosférica, han reaccionado anticipadamente al descenso barométrico asociado con la proximidad de huracanes.
Este comportamiento instintivo, desarrollado a lo largo de la evolución, les permite buscar refugio antes de que los seres humanos perciban la amenaza.
Desde cambios sutiles en la presión atmosférica hasta sonidos imperceptibles para el oído humano, los huracanes desencadenan reacciones profundas en la fauna local, facilitando estrategias de supervivencia adaptativas.