Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.
Cumplir una misión filantrópica está sujeta a la capacidad de generar donativos.
Esto conduce poco a poco a mayores investigaciones sociales y conocimiento de cómo incrementar los donativos y montos de éstos. En general, la manera en la que se enmarcan las solicitudes puede generar más benefactores de las causas sociales.
Si se consideran las encuestas realizadas sobre donaciones, como la Encuesta Nacional de Donaciones y Sociedad Civil, pueden detectarse algunos valiosos patrones a seguir en la implementación de campañas. Por ejemplo, destaca la accesibilidad para generar donativos.
El 51% de los encuestados participó en una campaña generada en las calles (51%) como las realizadas por la cruz Roja Mexicana mientras el segundo sitio, con 40%, corresponden a las generadas por los redondeos en los autoservicios y el tercer lugar recae en las donaciones de comida, alimentos o ropa (32%).
A la par, el último sitio en nuestro país es Internet con sólo 2% de participación de los encuestados.
En nuestro país, las principales donaciones provienen de las generadas en misa cuando se asiste (52%) y el segundo y tercer sitio, son la iglesia y la destinada a damnificados con 25 y 20 por ciento respectivamente.
Por otra parte, se detecta una tendencia creciente a dar directamente los donativos a una persona necesitada (60%) respecto a triangular a alguna organización asistencial (16%). Sobre esto vale observar que es más perceptible esta conducta en áreas rurales sobre urbanas y que las personas con mayor escolaridad son quienes prefieren generar donativos a través de instituciones.
Ahora, entre más joven es una persona, mayor preferencia a donar a través de canales formales y mientras más edad se tenga más propensión a donar se registra.
Los más propensos a generar donativos son los hombres entre 30 y 49 años, de zonas urbanas, con escolaridad media, que viven con una pareja (casadas o en unión libre), en un hogar cuyo nivel de ingreso perciben que con éste les alcanza justo, sin grandes dificultades.
A través de distintas encuestas históricas podemos concluir que los mexicanos son solidarios y generosos y que si creen que ellos mismos pueden tener un impacto en su comunidad.
El objetivo, entonces, es posicionar a las organizaciones como los vehículos más adecuados para canalizar la generosidad y la buena voluntad del pueblo mexicano.
En el corto plazo lo anterior implica ajustar las campañas de recaudación para reflejar la cultura tal cual es, acercar las instituciones a la gente y reconocer a los donantes como una fuente de apoyo en muchos sentidos y como un público a lo cual se debe rendir cuentas.
En el mediano y largo plazo significa que las OSC tienen que tomar en cuenta la necesidad de un cambio cultural y promover una relación más profunda con la gente.
En sí, tenemos tres factores a considerar: la autoimagen que puede reforzarse con conocer nítidamente a nuestros beneficiados, el que se genere la donación de una manera lúdica y divertida y en tercer lugar adecuar las campañas al benefactor potencial.
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