En 4 años, decomisos de fentanilo aumentaron 300% en la frontera

Las incautaciones de fentanilo, un opioide sintético asociado a numerosas muertes en Estados Unidos, han experimentado un incremento del 300% en la frontera entre México y Estados Unidos en los últimos cuatro años, según datos del Instituto para la Economía y la Paz (IEP).

Según el informe del Índice de Paz México 2023, presentado este miércoles, entre 2015 y 2022, la cantidad total de fentanilo decomisado en todos los puntos fronterizos aumentó de 31.8 kilogramos a 6,668 kilogramos.

Esta tendencia también se refleja en la cantidad de fentanilo confiscado en territorio mexicano, principalmente en el noroeste del país, que aumentó de 11 kilogramos en 2016 a 2,114 kilogramos en 2022, lo que representa un aumento de 192 veces.

“México ha sido tradicionalmente considerado como un productor o punto de tránsito de drogas hacia Estados Unidos, y su mercado interno de drogas también ha experimentado un crecimiento en los últimos años”, evaluó Carlos Juárez, director para México del IEP.

El fentanilo, además de ser uno de los principales problemas de salud pública en Estados Unidos, ha generado tensiones entre los gobiernos de ambos países en los últimos meses.

A pesar de las afirmaciones del gobierno mexicano de que el fentanilo no se produce en el país y que su consumo no es generalizado, el informe indica que entre 2019 y 2021, el número de personas atendidas por sobredosis de fentanilo en México aumentó un 636%.

A pesar de los riesgos para los consumidores, ya que se estima que su efecto es al menos 50 veces más potente que el de la heroína, el fentanilo se ha convertido en una fuente de ingresos excepcional para los grupos del crimen organizado que lo producen.

El informe señala que esta droga es “relativamente barata de producir”, lo que implica que los márgenes de beneficio al venderla y distribuirla pueden aumentar hasta 2,700 veces su costo de producción.

El municipio de Zamora, en el estado central de Michoacán, se convirtió el año pasado en el lugar con la mayor tasa de homicidios del país, con un estimado de 200 muertes por cada 100,000 habitantes.

Esto se debe, según el IEP, a la lucha entre los grupos delictivos por controlar los laboratorios clandestinos de metanfetaminas y heroína, así como la recepción y distribución de los precursores químicos que llegan desde China para producir, entre otras drogas, el fentanilo.

El tráfico de estos productos químicos también ha desatado la violencia en el estado de Colima, donde se encuentra el puerto de Manzanillo, uno de los más activos del país y punto de entrada de los precursores químicos.

En 2022, la tasa de homicidios en Colima fue la más alta en los últimos ocho años, con 110 muertes por cada 100,000 habitantes.

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